domingo, enero 30, 2005

De café en café

Smoke, Victor Bonderoff (used with permission)

Cada ciudad tiene cafés a los que vamos con diferentes fines, hay cafés a los que se va con amigos para tener una buena conversación, a otros vas con tu pareja a desayunar los domingos, los hay a los que vamos solos para leer un buen libro, dejar correr los pensamientos, escuchar un poco de música o por el sol que calienta su terraza en verano.

Cada ciudad que he visitado durante mi vida tiene un trayecto de cafés que he acabado marcando en el mapa de mi memoria, todos tienen sus historias, las que he vivido yo y las que han vivido y viven sus visitantes. Todos ellos son testigo de nuestro paso furtivo y en todos ellos hay siempre alguien para el que gran parte de su vida, y quizás los momentos más importantes, se ha desarrollado en ese preciso café.

Es en uno de estos cafés en los que me gustaría sentarme varios días, con mi café con leche y un croissant, a observar a sus ocupantes y poderme imaginar sus historias, oir trozos de conversaciones y crear una sola vida con todas ellas. Y, quien sabe, quizás haya existido alguna vez una historia así...

Aquí en Amsterdam hay varios cafecitos que tienen mi predilección, cada uno tiene una afluencia de personajes diferentes: desde los jóvenes yuppies del KNSM-eiland hasta la mezcla pseudo cultural del decaido De Balie o el únicamente visitado por holandeses Elsa´s.

En cada uno de ellos se ha quedado un pedacito de mi vida en Holanda, mis sueños y mis frustraciones. A algunos he dejado de ir mientras me digo "me queda demasiado lejos" sabiendo que no es esa la razón principal sino que en él se encierra una parte de mi historia que ya terminó y que está bien que se haya quedado allí. A otros voy disfrutando del nuevo capítulo que se está escribiendo en ellos, frescos y llenos de luz.

Así como muchos de nosotros asociamos partes de nuestra vida a canciones escuchadas o cantadas en ese periodo en concreto, yo tengo todo un trayecto de café en café que la describe. Y cada vez que atravieso el humbral de uno de ellos me llegan de golpe los recuerdos y sensaciones vividas, haciéndome retroceder en el pasado y proyectándome al mismo momento en el que mi pié atraviesa esa linea invisible que me devuelve al presente.

11 comentarios:

Carmen dijo...

Espero poder visitar esos cafés... que a mí también me gustan. La mejor hora para mí la del desayuno: gran café negro, un croissant, y la prensa calentita...

El guiri de Barcelona dijo...

Hola Susana, me ha gustado mucho este texto. Me recuerda mi etapa en Múnich, los desayunos opulentes en los cafés, algo que echo de menos aquí (tanto los desayunos opulentes como los cafés agradables).
Saludos

El guiri de Barcelona dijo...

Bueno, acabo de dejarte unos comentarios en los artículos anteriores también, que acabo de leer... saludos

Susana Aparicio dijo...

Carmen, trato hecho! aunque te aviso que los cafecitos son de lo más agradable pero el café en si deja mucho que desear... no deben de ser muy cafeteros estos holandeses.

Guiri, estas en Barcelona y no has encontrado ningún cafecito agradable??? tengo que visitar entonces los de Alemania para ver como son! tienes alguna recomendación en Berlín? estamos preparando un viajecito.

MrMann, ami no me hace falta que sean cafés con una esfera determinada, me basta el ir allí regularmente para que tomen un sitio especial en mi trayecto (a veces los mas bodriosos son los mejores,jaja). Me parece más importante el momento que representan que el ambiente del café en si mismo.
PD: te digo lo mismo que a guiri, si tienes alguna recomendación de algún cafecito en Berlín no dudes en pasarme el dato ;o)

Miguel Perez dijo...

Susana,
Disfuto leerte al lado de un delicioso y aromático café :-)
Me ha gustado mucho tu post de hoy, como dices, cada café tiene una historia y un trozo de nuestra vida...
Un paseo por el mapa de mi memoria me lleva a uno en especial...Chaires.

Saludos!

El guiri de Barcelona dijo...

Mmmm... En algun lugar de mi memoria tengo imágenes de algunos cafés en Berlín, veo una copa grande de yogur con müesli, veo un hombre que entra por la noche para vender el diario "tageszeitung" del día siguiente (creo que lo compré), pero no me acuerdo de ningún nombre ni de ninguna calle. Tengo un amigo que vive allí, se lo preguntaré.

Alphonse Zheimer dijo...

no soy asiduo de los cafés,pero leer este post me ha hecho pensar que me estoy perdiendo algo interesante; o será que vislumbré por un momento el alma de una de sus habituales y me pareció un lugar amable, donde sentir como la vida pasa entre el murmullo de voces anónimas.

Fabrizio dijo...

Voy mucho a cafés, esa bebida em encanta en cualquiera de sus versiones, desde el concentrado y negro café de mi tierra hasta ese que parece una infusión de café que llaman café americano, pasando claro esá por los super de moda cafés capuchinos helados cubiertos de crema batida y chispas de chocolate. Con los locales que lo expenden me pasa lo mismo, son lugares geniales para el encuentro con amigos, la charla o pasar un buen rato con esa persona tan querida que es uno mismo. En Cuba por lo general el café se toma de pie de una barra y de dos o tres sorbos (la taza es tamaño express, los cubanos platicamos a toda hora, en todos los lugares y no necesitamos estar sentados para hacerlo, allá las cafeterias se usan para tomar un lunch, desayunar, etc, pero rara vez es punto de reunión. En México hay muchas cafeterias, algunas muy iluminadas, limpias, casi quirurjicas e impersonales, otras pequeñitas, con mesas en las aceras y creo que la mas famosa de todas es una cadena llamada Sanborns, allí pagas un café y te puedes pasar todo el dia bebiendo café porque la mesera se encarga de reponerlo cada vez que te lo terminas, es un lugar que tiene fama por el servicio lento y eso te permite conversar sin que te esten molestando, o sentarte a leer un libro y pasar las horas. En Puerto Rico me encantaron las "Panaderias" que son cafés con un sabor muy local.

Ruth and Fred dijo...

En Canadá, el café es casi sinónimo con Starbucks. ¡Hay 55 Starbucks cafés dentro de un radio de 8 km de mi casa! Hay una esquina en el centro de Vancouver donde dos Starbucks están, enfrente de uno al otro. Ambos están siempre ocupados.

También, Starbucks tiene su propia lengua para el café -- si desea un tamaño "pequeño", debe pedir "TALL (alto)" Si desea "medio" pide "GRANDE" y si desea "grande" pide "VENTI (palabra italiana)".

Y asombrosamente, ¡la gente ahora utiliza esas palabras! Incluso las tiendas que compiten con Starbucks están utilizando estas palabras para describir tamaño.

Starbucks nos está consumiendo todos. Es "Cafepitalismo."
*un beso con sabor a café*

Susana Aparicio dijo...

Miguel, anda, cuéntame algo de Chaires... ;o)

guiri, espero tu información... jeje :o)

Omar, me ha encantado tu comentario!

Fabrizio, teneis costumbres italianas! (lo digo por lo de tomarse el café en la barra de tres sorbos), me encanta conocer las costumbres cubanas.

MrMann, cuánto tiempo estuviste en Alemania?

Ruthita, jajaja, cada vez me gusta más Vancuver. Ahora ya se como pedir un café por lo menos...

jAz dijo...

¡Buena y encantadora reflexión! me hizo darme cuenta que cierta parte de mi vida transcurre en los cafés, acá en mi ciudad tengo mis favoritos, uno para cada estado de ánimo, para cierta compañía, y para cierto día de la semana, saludos!...