miércoles, marzo 17, 2010

Preferiblemente una plaza peligrosa



Por SUJU - Susana Aparicio Lardiés y Juan Alonso

Esta es la traducción de un artículo escrito por Tim de Boer en Archined el 12 de marzo de 2010 y es una crítica a la gestión urbana que se está llevando a cabo en el remodelado de la plaza Spui en la Haya.

En un artículo que escribimos para La Ciudad Viva sacamos a colación la discusión de a quién
va dirigido el espacio público en las ciudades de hoy en día, en el artículo de Tim de Boer se deja ver claramente la inclinación actual a dedicar este espacio a la clase media blanca consumidora, haciendo del espacio público uno semipúblico y excuyendo a todos aquellos ciudadanos que no sean "representativos" para la ciudad.



Preferiblemente una plaza peligrosa.

Desde finales de los años 90 se encuentra en el corazón cultural de La Haya una superficie pavimentada -y según muchos sin espíritu- llamada Plaza Spui. La edificación entorno a la plaza del Cultuurforum (Foro de cultura) para el Teatro de Danza Holandés (NDT), el Residentieorkest y el Conservatorio ha despertado de nuevo la discusión sobre su sentido de nuevo. El 25 de enero se desarrolló un debate sobre el futuro de la Plaza Spui en el NDT. En el banquillo de los acusados se encontraban el ayuntamiento, OMA y las instancias pertinente.



El debate debía haberse centrado en el futuro de la plaza, pero como todavía no hay planes concretos para ella el tema se redondeó rápidamente. A partir de ese momento la atención se centró en la arquitectura del nuevo Cultuurforum (llamado "silo de cultura" por sus oponentes). La revitalización de la Plaza Spui como lugar central para el arte y la cultura está atravesando un momento dificil:su mayor oponente, el PVV (partido político de extrema derecha de Wilders), ha salido después de las elecciones del pasado 3 de marzo como el segundo partido más importante dentro del ayuntamiento y hará todo lo posible por terminar con los "planes de izquierdas". Hacer política es también preveer, el consejo anterior había iniciado ya el proceso habiendo hecho una selección de 20 arquitectos reconocidos para la elavoración del anteproyecto del Cult.

El proyecto se limita a un bloque de 50m de altura tal y como OMA lo había dibujado en un estudio preliminar, la Plaza Spui no formaría parte del mismo, teniendo que surgir la conexión entre el bloque y la plaza por medio de funciones vitales en el basamento. Los directores del NDT y Residentieorkest tienen toda su confianza puesta en que los arquitectos podrán solucionar este problema, según dejaron entreveer durante el debate.

Sin embargo el colectivo de arquitectos y urbanistas parece no tener (todavía) la misma confianza que ellos. Peter Drijver, arquitecto en La Haya, tomó el papel de acusador. En muchos puntos tiene razón, como en el echo de que el proyecto no está bien definido y las exigencias para poderse inscribir son demasiado altas (un proyecto europeo "normal'). La lista de los 20 seleccionados contiene sobretodo grandes nombres y pocas sorpresas. El reciénnombrado urbanista del ayuntamiento de La Haya, Hans Kuiper, coincidió en que habría sido mucho mejor hacer un plan integral para toda la zona, pero esto es también mucho más complicado en las circunstancias actuales y, por tanto, irrealizable. Desgraciadamente no llegó a explicar cuales eran las circunstancias actuales que lo imposibilitaban. Lo que si que prometió fue hacer todo lo que estuviese en sus manos para ampliar la libertad de movimiento de los arquitectos seleccionados dentro del proyecto para que pudiesen ampliar su campo de acción.

Los argumentos de Peter Drijver en contra de los planes para la plaza Spui y los edificios entorno a ella no se dirigen a la mala formulación del proyecto y su triste puesta en marcha, sino más en su propia opinión sobre cómo se debe hacer una plaza. Drijver mantiene que una plaza sólo funciona cuando el espacio se experimenta como una habitación, tiene que haber una relación entre las paredes y el piso, y esto no lo encuentra ni en la situación actual ni en los nuevos planes.

En su argumentación hace uso de referencias modernas pero su ponión sobre la plaza es muy clásica, lo que se ve en su propia propuesta para la plaza Spui. En ella deja ver en todo caso como no se tiene que hacer: él dibuja a lo largo de la calle Spui y el ayuntamiento una nueva banda que cierra la plaza Spui reduciéndola a una placita muy normalita. De esta manera, según él, se relaciona mejor con la estructura de las otras plazas en La Haya.

A mi me surge la pregunta de si la ciudad realmente necesita una plaza tan poco peligrosa. Justo en su forma actual es la plaza Spui muy especial, impresionante por su vacío y ubicación. En ella se encuentra un enorme contraste entre este espacio y el otro lado del canal en la calle Spui, donde se haya la Nueva Iglesia orgullosa en su jardín. Un interesante encuentro entre lo nuevo y lo viejo en La Haya.

Lo que si que está claro es que hay que hacer algo con la plaza, desde que se realizó su primer diseño en los '90 no se ha hecho más que recortar presupuestos. El primer plan de Busquets en el que se partía de una plaza hundida con tiendas y cafeterías a su alrededor era demasiado kostoso, incluso el pavimento se dejó de lado por resultar demasiado caro. Esto último se ve claramente en el pavimento actual, erosionado y quebrado, y los muchos daños que se han ido acumulando los últimos diez años.

El valor añadido de la plaza Spui para la ciudad se hace patente durante festivales o eventos, como el cine al aire libre, cuando la escalera del Hotel Mercure recibe finalmente una función. O durante el festival Today's Art que se lleva realizando los últimos dos años y que ha colocado durante la festividad unos invernaderos brillantes que toman la función de salas de fiesta y bares/restaurantes. Y cuando no hay actividades toma dimensión su vacío frío y es cuando uno se encuentra en la plaza con los "duros" ciudadanos como vagabundos y chicos en patín.



Según Hans Kuiper la nueva plaza tiene que ser para todo el mundo, una plaza en la que todos los hagenaars (gentilicio de los habitantes de La Haya) se sientan bienvenidos. Esta retórica vacía significa realmente, como bien concluye Steven van Lummel al cerrar el debate, que la plaza debe de ser una plaza donde no surjan fricciones, para la clase media blanca.

Con esto caerá en la tradición de La Haya de que cada plaza ha de tener su propio público. La plaza Spui actual es justamente la excepción a la regla, es un lugar de encuentro para toda La Haya, es realmente una plaza abierta a todo tipo de público, desde chicos en patín hasta vagabundos, pasando por todos aquellos que están de compras y los asiduos a los diferentes teatros, cine y biblioteca que se encuentran en ella: todos se pueden encontrar con todos.

Concluyendo: lo que la plaza Spui debería de ser, lo es ya.