jueves, abril 07, 2005

Con la mirada en alto


Foto: Susana Aparicio. Rijksmuseum en obras

Hay varias razones para caminar por Ámsterdam con la mirada en alto.
La primera, y quizás la más importante para los que vivimos en este país, es para controlar el estado del cielo y ver si hay que salir con paraguas en mano o no, acción que se repite varias veces al día y que no siempre es de fiar porque el que ahora salga el sol no quiere decir que dentro de media hora no se pueda poner a llover o granizar.

Algo más que irremediablemente te hace alzar la vista siguiendo la linea de las fachadas es el equipo de mudanzas que, obstaculizando las estrechas calles con sus furgonetas, se mueven de manera acompasada hizando los muebles, lavadoras, pianos y demás objetos imaginables mediante un sistema de cuerdas y poleas hasta la ventana indicada. Alrededor de ellos se forma siempre un corro de gente esperando ver la caída de tales objetos con un CHAS!. Otro sistema más moderno es el de una especie de ascensor mecánico que, aunque muy práctico, le quita todo el encanto a la mudanza.

También nos podemos encontrar con el pasaje público situado entre el Kalverstraat y el Museo Histórico dónde varias obras de pintura de grandes maestros holandeses decoran sus paredes de 12m de altura.

Pero no fué ninguna de estas razones la que el pasado domingo tenía a los amsterdameses con la mirada puesta en lo alto, no: en el pasaje del Rijksmuseum se exhibían los cambios que se van a realizar en el renombrado museo para mejorar el acceso de entrada y eso atrajo a una gran cantidad de gente. La razón no es otra que el revuelo que se ha organizado entorno a estas obras debido a que los arquitectos españoles Cruz y Ortiz propusieron en un principio cortarles a los ciclistas la ruta que atravesaba el museo por este pasaje a fabor de los peatones (podeis ver más en el blog de Kalf). ERROR! si hay algo que es sagrado en el país de los tulipanes son las bicicletas, tanto o más que las vacas en la India, y tocarlas a ellas o a su territorio es imperdonable.

Así que allí estabamos todos, nosotros aquí alzando la mirada para ver las nuevas propuestas donde turistas, peatones y ciclistas se aunan bajo las arcadas del museo y Cruz y Ortiz, en Sevilla, con la mirada puesta en el cielo rogando que esta vez no pongan más trabas...

1 comentario:

jAz dijo...

jeje, eso nos pasa a los arquitectos por no analizar a fondo el lugar que se va a transformar (no me refiero al entorno como tal, sino a las costumbres y estilos de vida de la población!)...

Hermosa fotografía!!!