Este fin de semana pasado me quede sola con Amsterdam, sola con mi ciudad. Ella me acogió con un manto gris, más gris de lo que yo lo recordaba, y dejó caer un par de lágrimas. Hacía tiempo que no estábamos las dos juntas, mano a mano.
Entonces hice lo que siempre hago cuando nos juntamos las dos, dejé que mis pies se pusieran en marcha y buscasen su camino, que la acariciasen sin prisas, disfrutando de ese velo húmedo que cubría sus calles.
Cuantas caras tiene una ciudad? no lo se... pero siempre reconozco la de la mía cuando estamos juntas, como dos buenas amigas que quedan a tomar un café y a contarse sus penas. En esos momentos su cara es siempre de sorpresa, se llena de pies que la atraviesan deprisa, sin contemplarla, sin admirarla, ni siquiera la desprecian. Algunos se paran un momento delante de un escaparate o en la parada de un tranvía, pero siguen sin verla.
En esos momentos yo también me quedo sorprendida viendo pasar a todas esas caras sin que nadie me vea...¿tampoco veo yo a nadie cuando no estoy a solas con ella? ¿con cuántos estará la ciudad ahora intercambiándose secretos? ¿me los habré cruzado?
Dejo que mis pies me lleven al FOAM, hay una exposición de Cartier-Bresson que me deja impresionada. Los retratos, las fotos de China, de La India, sus paisajes... todas ellas fotos de momentos en los que él "no estaba", en los que era invisible a los personajes que se movían ante su lente. Una invisibilidad que le permitía captar momentos ocultos a los ojos de otros...
Y asi es como me siento yo con mi ciudad cuando estamos solas, compartiendo esos momentos que nadie ve, que sólo son para nosotras.
Entonces hice lo que siempre hago cuando nos juntamos las dos, dejé que mis pies se pusieran en marcha y buscasen su camino, que la acariciasen sin prisas, disfrutando de ese velo húmedo que cubría sus calles.
Cuantas caras tiene una ciudad? no lo se... pero siempre reconozco la de la mía cuando estamos juntas, como dos buenas amigas que quedan a tomar un café y a contarse sus penas. En esos momentos su cara es siempre de sorpresa, se llena de pies que la atraviesan deprisa, sin contemplarla, sin admirarla, ni siquiera la desprecian. Algunos se paran un momento delante de un escaparate o en la parada de un tranvía, pero siguen sin verla.
En esos momentos yo también me quedo sorprendida viendo pasar a todas esas caras sin que nadie me vea...¿tampoco veo yo a nadie cuando no estoy a solas con ella? ¿con cuántos estará la ciudad ahora intercambiándose secretos? ¿me los habré cruzado?
Dejo que mis pies me lleven al FOAM, hay una exposición de Cartier-Bresson que me deja impresionada. Los retratos, las fotos de China, de La India, sus paisajes... todas ellas fotos de momentos en los que él "no estaba", en los que era invisible a los personajes que se movían ante su lente. Una invisibilidad que le permitía captar momentos ocultos a los ojos de otros...
Y asi es como me siento yo con mi ciudad cuando estamos solas, compartiendo esos momentos que nadie ve, que sólo son para nosotras.
13 comentarios:
Precioso y lleno de nostalgia. Yo nunca me quedo sólo con mi ciudad (¿Cual es mi ciudad?)CReo que primero tengo que resolver ese problema.
Siempre pensé en la cercania de poesía y arquitectura. en tu caso es palpable. (Hacía tiempo que no pasaba por aquí. Creía que ya no escribías. Me pondré al corriente)
curiosa sensación la que describes. siempre la había creído para mi, pero veo (no sé como no lo hice antes) que hay muchas ciudades que se quedan a solas con sus usuarios. lo hago mucho últimamente con mi barcelona. todavía se me llena la boca de palabras cuando pronuncio su nombre y nunca son suficientes las caminatas o los paseos en bici, sobre todo ahora que empieza (o lo parece) el buen tiempo.
y encuentras cosas bonitas, como esta página.
apertas y ánimos
Y la suerte que tuve yo que me presentaste a tu amiga...
:-)
Hola Fabrizio! bueno... yo creo que uno puede tener más de una ciudad, y a veces ni eso, solo pedacitos de varias.
Nacho! lo que yo no sabía era que tenías un par de blogs! me voy a poner tambien al día...
Hola Miguel, que interesante la página de la ciudad sonora y el blog! espero que nos sigamos leyendo allí o aquí. El miércoles que viene estaré en Barcelona y me pararé un momentito a escuchar que tiene que decir ;o)
Carmen! pues ya empieza a preguntar por ti... ;o) a ver cuando os volveis a pasar :o)
Que envidia me da - quedarme solo con mi ciudad, aveces es arriesgar. Econtrarse en algun nicho de la ciudad es maravilloso.
Me gustaría mucho ir a Amsterdam
sobre todo por la libertad que parece existir-¡Creo que en Amsterdam el gobierno deja fumar a sus ciudadanos!¿No?
un saludo muy cordial!!!!
precioso, sobretodo por saber que la ciudad es un ser vivo, un acompañante... de ahí eso del carácter de las ciudades
que precioso ;-)
que precioso ;-)
Realmente ha sido una revelación descubrir esta bitácora. Grandes proyectos totales necesitan grandes realizaciones arquitectónicas...hay que reflexionar sobre el paisaje urbano y lo que éste le puede decir al ciudadano.
Susana, que grato regresar a tu espacio, he sentido nostalgia... Tu y Karl son de los primeros amigos que tuve en este mundo de los blogs. ¡Que alegría me da saludarte!
Muchas gracias. Un abrazo grande, grande.
Volví de un miniviaje a Amsterdam el martes pasado, y la verdad es que la ciudad me dejó alucinada.
Tiene algo...el ambiente, las casas, los canales, la gente caminando y en bici...
Espero que sigas acercándome a esa maravillosa ciudad.
Un saludo desde Ávila ;)
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