Monumento al Holocausto, Peter Eisenman. Berlín / Fotografía: Susana Aparicio
"¿Qué es lo que más te ha llamado la atención de la ciudad hasta ahora?" -me preguntaba Juan al otro lado de la línea. No me lo tuve que pensar mucho: "Sus vacios" -le contesté mientras miraba La Plaza de la República desde la cúpula del Reichstag.
¿Cómo describir los vacíos de una ciudad?, ¿no son sólo eso, vacíos?. En Berlín no, en Berlín sus vacíos estan llenos. ¿Llenos de qué?, llenos de impresiones: son vacíos en los que puede suceder cualquier cosa, vacíos llenos de escombros a veces, vacíos de tierra apisonada otras. En ocasiones nos encontramos con vacíos que evocan el Berlín de Wim Wenders, vacíos desolados en los que no se sabe a ciencia cierta que va a suceder con ellos ¿se convertiran en parque?, ¿terminarán la manzana?, ¿se construirá otro icono en él?...no, mejor que lo dejen así... vacío.
Sus enormes parques llenos de árboles todavía secos, sin hojas, hacen parecer la ciudad todavía más ahollada, más solitaria. Sus amplias avenidas abandonadas por las que apenas circulan un par de coches y que desembocan en grandes rotondas. La Mathäikirchplatz, un vacío en el que el Neue Nationalgaleri, La biblioteca de las artes, la iglesia evangélica de San Mateo, la filarmonica y la biblioteca del estado se encuentran dispersas sin un orden o relación que las una, que le de un significado a ese espacio... o quizas sea ese su fin: dar cabida a un conjunto de edificaciones, todas ellas de diferentes periodos sin una jerarquía, sin una linea a seguir, sólo están allí compartiendo un vacío que les pertenece a todas por igual... y al fondo se amontonan los edificios del Postdamerplatz
¿Cómo describir un vacío tan lleno de significado como lo es la ciudad de Berlín? Un vacío que incluso es el tema de del monumento al holocausto de Peter Eisenman: un vacío lleno de bloques, bloques grandes y pequeños, bloques rectos o inclinados, bloques colocados en una sola dirección. En él no hay diagonales, sólo puntos de fuga lineales, ondulantes. Caminos de una sola dirección en el que no sabes qué o a quíén te puedes encontrar detras de cada bloque. Cabezas aparecen y desaparecen detras de cada uno de ellos, cabezas con miedo al que pasará al doblar la esquina, al continuar por el camino de una sóla dirección. Y al final, a la salida, un alivio se apodera de ti, atrás has dejado un mundo gris y monolítico, un mundo sumido en la penumbra de sus sombras, un vacío en la historia.
¿Cómo describir los vacíos de una ciudad?, ¿no son sólo eso, vacíos?. En Berlín no, en Berlín sus vacíos estan llenos. ¿Llenos de qué?, llenos de impresiones: son vacíos en los que puede suceder cualquier cosa, vacíos llenos de escombros a veces, vacíos de tierra apisonada otras. En ocasiones nos encontramos con vacíos que evocan el Berlín de Wim Wenders, vacíos desolados en los que no se sabe a ciencia cierta que va a suceder con ellos ¿se convertiran en parque?, ¿terminarán la manzana?, ¿se construirá otro icono en él?...no, mejor que lo dejen así... vacío.
Sus enormes parques llenos de árboles todavía secos, sin hojas, hacen parecer la ciudad todavía más ahollada, más solitaria. Sus amplias avenidas abandonadas por las que apenas circulan un par de coches y que desembocan en grandes rotondas. La Mathäikirchplatz, un vacío en el que el Neue Nationalgaleri, La biblioteca de las artes, la iglesia evangélica de San Mateo, la filarmonica y la biblioteca del estado se encuentran dispersas sin un orden o relación que las una, que le de un significado a ese espacio... o quizas sea ese su fin: dar cabida a un conjunto de edificaciones, todas ellas de diferentes periodos sin una jerarquía, sin una linea a seguir, sólo están allí compartiendo un vacío que les pertenece a todas por igual... y al fondo se amontonan los edificios del Postdamerplatz
¿Cómo describir un vacío tan lleno de significado como lo es la ciudad de Berlín? Un vacío que incluso es el tema de del monumento al holocausto de Peter Eisenman: un vacío lleno de bloques, bloques grandes y pequeños, bloques rectos o inclinados, bloques colocados en una sola dirección. En él no hay diagonales, sólo puntos de fuga lineales, ondulantes. Caminos de una sola dirección en el que no sabes qué o a quíén te puedes encontrar detras de cada bloque. Cabezas aparecen y desaparecen detras de cada uno de ellos, cabezas con miedo al que pasará al doblar la esquina, al continuar por el camino de una sóla dirección. Y al final, a la salida, un alivio se apodera de ti, atrás has dejado un mundo gris y monolítico, un mundo sumido en la penumbra de sus sombras, un vacío en la historia.
5 comentarios:
Hola Susana :-)
A mi siempre me han parecido más interesantes los vacíso qeu los llenos, seguramente porque, al fin y al cabo son los que te permiten vivirlo.
Cosas como cerrar un parque me son sinónimos de privatizar ese espacio libre.
En fin, que me pasaré más por aquí :-)
Berlin es mi ciudad favorita de Europa. Pase muchos dias caminando descubirendo que esos huecos llenan todas las preguntas que puedas hacer, historias y vida presente que nos remite a la propia historia de la humanidad.
Berlin es sin duda una de las concentraciones de historia humana.
Un abrazo.
Susana, lei que el arquitecto brasileño Paulo Mendes Da Rocha fue distinguido con el Premio Pritzker de Arquitectura 2006. Lo anunció la Fundación Hyatt, encargada de otorgarlo en forma anual. "El arquitecto, de 78 años, se convirtió así en el segundo galardonado de Brasil. Oscar Niemayer fue el primer brasileño en recibir el lauro en 1988".
Me pareció que podía interesarte, aunque seguro que ya estás enterada.
Muchos aludos.
si exacto! el vacio es como decia otro arqui,daniel libeskind, es para el "unborn". Precisamente libeskind le gano a eisenmann construir el vacio con el museo del holocausto de forma zig zag y un vacio lineal que lo corta - un espacio en donde no se puede entrar... lo visitaste?
saludos
Rene
Hola ultimo arquitecto, gracias por pasarte por aqui, espero verte más amenudo!
Roberto! en mayo vamos los dos juntos (Juan y yo), que sitios nos recomiendas para ir a escuchar musica?
Hola Magda! gracias por la informacion y por pensar en mi! que encanto... y oye, muy bueno tu nuevo blog, eh! (aunque ya hace un tiempo que lo has cambiado aun no te lo habia dicho...)
Rene, no, el museo de Liebeskind aun no lo he visitado, lo deje para mayo, eso y el visitar la zona Mitte, el Augustusstrasse, la unité que Le Corbusier no quiso reconocer como suya... hay tantas cosas para ver en esta ciudad... Y tu? has estado?
Hola Romina... bueno, a ver si ademas de tu blog me dejas algun comentario! jajaja :oP
Un abrazo a todos!
Publicar un comentario