Año Nuevo nos saludó con una espesa niebla que invitaba a fotografiar y/o dibujar la ciudad, sino fuera porque se te congelaban los dedos como decía nuestro amigo Gonzalo.
La ciudad envuelta en la niebla tenía un punto nostálgico muy acorde con el año que acabábamos de dejar atrás, pensamiento que parecían compartir todos aquellos con los que nos cruzábamos a juzgar por sus caras un tanto tristonas (¿o serían de sueño?).
La ciudad comenzaba a despertarse y nosotros con ella, compartiendo un buen café con leche y unos croiassants mientras esperábamos la llegada del autobús que llevaría a Gonzalo camino de otra más cálida, Alicante.
Me gusta cuando la ciudad te invita a perderte en tus propios pensamientos mientras parece arroparte y protegerte en una mullida gasa.
Me gustó comenzar el 2008...
La ciudad envuelta en la niebla tenía un punto nostálgico muy acorde con el año que acabábamos de dejar atrás, pensamiento que parecían compartir todos aquellos con los que nos cruzábamos a juzgar por sus caras un tanto tristonas (¿o serían de sueño?).
La ciudad comenzaba a despertarse y nosotros con ella, compartiendo un buen café con leche y unos croiassants mientras esperábamos la llegada del autobús que llevaría a Gonzalo camino de otra más cálida, Alicante.
Me gusta cuando la ciudad te invita a perderte en tus propios pensamientos mientras parece arroparte y protegerte en una mullida gasa.
Me gustó comenzar el 2008...
4 comentarios:
Hmmm, espesa, muy espesa niebla; me encantan las fotos de las ciudades el primero de año, tienen algo, no sé, muy especial. Un abrazo, Am
Aquí en Zaragoza también tuvimos nuestra buena ración de niebla. A mi me encanta cruzar el Ebro con niebla y parar en mitad de un puente sin poder ver ninguna de las dos orillas, ni la del 2007 ni la del 2008. Sólo el presente sin fecha, escapados del calendario.
Hola Andres, si, ya he visto la tuya de Madrid :o)... muy subrealista.
Hola Nacho, me ha gustado lo de las dos orillas! muy sugerente, si señor!
Pues otra sugerencia es aprovechar esa luz de niebla para retrato. Es mágica tambien. Y superromantica.
Pero siempre hay que tener en cuenta lo mal que se llevan las digitales con la humedad....ojo con eso...
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