Hong Kong 2007 . Foto: Yuit Yin SamuelA veces recibimos una imagen inesperada, leemos un texto que no habríamos asociado a la imagen en un primer momento, haciéndote parar a pensar en la cara oculta de la poética.
Hace unos días recibía, entre otras, la foto arriba publicada de mi amiga Yuit Yin que había estado de viaje por Hong Kong. La imagen me cautivó, tiene algo etérico que te trasporta a lo que claramente se encuentra al otro lado del mundo.
Quizás sean los colores, el que esté un poco “quemada”o incluso el desenfoque de sus bordes lo que le da ese toque irreal. Quizás sea que se encontraba entre todas esas fotos –ya tan conocidas- de rascacielos masivos y amontonados, de los que casi es imposible fotografiar la base y el tejado a la vez. Quizás sea porque de repente se me llenó la pantalla de espacio y construcciones endebles. O, quizás, sea la imagen de esas dos personas “disfrutando tranquilamente” de una taza de té en medio de un paisaje de fantasía lleno de escaleras que llegan al agua esperando el amarre de una lancha, haciendo surgir la pregunta de cómo estará organizada la estructura barrial, qué sucedera detras, ¿habrá calles o estarán las casas espalda contra espalda?
En pocos segundos se me llenó la cabeza de imágenes surgidas de la lente del cineasta
Wong Kar Wai y de la película “Still life” (“Sanxia haoren”) del director de cine
Jia Zhang Ke... un placer para la vista (la película, claro). Siendo ésta última un placer contradictorio ya que en ella se muestra el desmantelamiento de parte de una gran ciudad que va a ser inundada por la creación del embalse más grande de China (y seguramente del mundo). Imágenes realmente bellas que a su vez dejan ver la cruda realidad que viven miles de personas, obligadas a dejar sus casas y buscar otro techo, situaciones precarias de trabajo en las obras donde nunca se ha debido oir hablar de “la seguridad en el trabajo”. Una realidad con la que se enfrentan diariamente millones de personas.
Pero “mi” foto parecía estar exenta de todos estos problemas... hasta que leí el post de Juan “
Entre Madrid, México y Dubai”. Entonces me vinieron otras imágenes a la cabeza, esta vez me apareció la película
“Shower” (El baño), de Zhang Yang, en mente: Utongs que eran destruidos para dar paso a la “modernidad”, el estres urbano frente al ritual ancestral del la tradición cultural.
¿Serían estas casitas restos de una ciudad deborada por las topadoras y andamios? ¿o son el resultado de esto último?.
Escena de la película "Still live".
A esta pregunta Yuit Yin no me ha sabido dar respuesta, como todo comentario me ha dicho “son más ricos que nosotros”... Respuesta un tanto espiritual que no me sorprende nada viniendo de ella pero que no ha satisfecho mi inquietud, sino que aún la ha hecho más fuerte: ¿hay grandes diferencias entre lo uno y lo otro?, ¿realmente vemos la ciudad (la que visitamos, la que vivimos, la que leemos) tal y como es o modificamos nuestra visión según nuestras necesidades y espectativas?.
Si a finales del siglo XIX y durante los comienzos del XX fueron los viajeros los que difundieron mediante el género literario el turismo de las masas e impulsaron en gran parte el estudio de “la historia de la arquitectura", adecuando el pasado al ámbito socioeconómico y cultural del momento, posiblemente sean ahora las diferentes fotografías y videos digitales distribuidos por internet los que nos den una nueva imagen, si bien un tanto distorsionada, del mundo actual y su pasado más o menos reciente. Imagen reforzada por la información relámpago y superficial que parece afectar a la mayor parte de los medios de comunicación de esta época.
Y es a través de estas imágenes que formamos nuestra idea de ciudad: vemos el Manhattan de Sex and the City y pensamos que todo Nueva York es así, vemos IR y pensamos que todo Chicago es como el "down town". Recorremos con la mirada la guía turística de Amsterdam y creemos que todo son canales y edificios del siglo XVII en adelante, abrimos una revista de arquitectura y pensamos que en Holanda es común, e incluso está permitido, construir las viviendas y edificios que allí vemos. Pensamos en China y según nuestro humor o lo que estemos leyendo vemos ante nuestros ojos esos laberintos de rascacielos o sus templos.
Sin embargo es curioso ver como se repiten los patrones a la hora de viajar y observar la ciudad. Ya en 1905 Edith Wharton escribía "durante siglos ha estado de moda tener sólo en cuenta una ciudad que prácticamente ha desaparecido y cerrar los ojos ante otra que está viva y es real" (Wharton, Edith, Italian Backtrounds, Londres 1905, 1928). Wharton se refería a la Roma antigua, visitada por turistas británicos ávidos de cultura e historia, ignorando e incluso despreciando la Roma de sus contemporaneos.
Con esto mismo nos encontramos actualmente cuando viajamos para ver las ciudades "como fueron" en otra época, ciudades "que hay que ver" -según los programas televisivos de viajes, series o películas- pasando por alto las ciudades tal cual son, tal y como se viven hoy en día... a excepción de aquellas obras tecnológicas y de arquitectura actual que también "hay que ver para estar a la orden del día", por supuesto, o los lugares de ocio con sus típicas zonas de salida: las tapas españolas, el café italiano, los croasanes franceses... estereotipos de ciudad y formas de vida que tenemos adheridos a nuestro pensamiento.
¿Qué hay detrás de una imagen, de su poética, más allá de lo que nos quiera mostrar su autor (o no)?, ¿qué vemos cuando miramos a nuestro alrededor?, ¿qué queremos o esperamos ver?.
Preguntas que me hacen ver esa foto de formas diferentes, pero sin hacerle perder su encanto inicial...
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