sábado, febrero 19, 2005

Portare


Porta Maggiore, Muro de Aureliano Roma. Construida por el emperador Claudio en el 52 a.C.

No todos los días se inagura una ciudad y cuando esto sucede, a pesar de todas las celebraciones, ya no conserva el significado que tuvieron en tiempos anteriores, cuando la ciudad formaba parte del cosmos en el que la humanidad habitaba y había que presentarla como tal a los dioses para que estos le dieran sus bendiciones. De estos rituales han sugido palabras que actualmente utilizamos diariamente sin ser conscientes del significado que llevaron consigo.

Uno de estos ejemplos surge con la "inaguración" de la ciudad de Roma y el resto de sus ciudades, esto conllevaba todo un ritual que se dividía en tres partes según la fórmula de Varro: el Conregio, el Conspicio y el Cortumio. Esta ceremonia recibía el nombre de Contemplatio.

Durante el Conregio el "adivino" dibujaba un diagrama en el suelo con su vara, llamada "litus", determinando las direcciones del viento de este a oeste, y el norte y sur de la ciudad.
En el Conspicio el adivino dirigía la mirada todo lo lejos que le dejasen ver sus ojos y determinaba los símbolos, como árboles, que limitarían la zona donde tendrían lugar los presagios.
Finalmente, durante el Cortumio, decía que símbolos estaba esperando para interpretar los presagios. Una vez que aparecían los animales que llevaban el mensaje el adivino los interpretaba según las reglas de la "ciencia".

Tras esto llegaban varios rituales más para acabar en la parte más importante de toda la ceremonia: el arrastre del "suculus primigenius" por el inagurador de la ciudad para demarcar sus límites. Esto no era otra cosa que un arado tirado por un buey blanco y una vaca, el buey al lado externo y la vaca al interno. Con él araba toda la superficie de la que iba a ser la ciudad. La hoja del arado estaba colocada de forma oblicua para que la tierra quedase en la parte interna, y por tanto del lado de la ciudad, si ésta caía fuera los seguidores la recogían y la tiraban dentro de los límites de la ciudad. Cuando llegaba a la altura donde se encontrarían las entradas de la ciudad (tres según el ritual etrusco) levantaba el arado y lo llevaba en volandas hasta donde continuara la muralla. Según los escritores del Mundo Antiguo es este transporte (portare) lo que da origen a la "porta", nuestra puerta actual.

Sería divertido ver este tipo de rituales durante el replanteamiento de un edificio, desgraciadamente en actualmente ya no disponemos de tiempo para estas cosas...

4 comentarios:

zaxl dijo...

Si, no tenemos tiempo para esos ritos en la actualidad y tampoco tiempo para recordarlos. Pasa uno frente a los monumentos sin conocer la importancia de su pasado. ¿no es malo eso? Gracias por recordar.

Fabrizio dijo...

Muy interesante tema que desconocía totalmente pero sería muy bueno hacer tiempo en la actualidad para ritos olvidados.

Susana Aparicio dijo...

Me alegra que os haya gustado, me lo encontré hace un tiempo en un texto sobre las ciudades romanas, y me parecio tan curioso que lo quise compartir :o)

un saludo a todos!

Andrés Moya dijo...

Tengo un dato de una costumbre similar que aun se practica:
Lee esto:
http://www.corporacionamereida.cl/pags/02_ciudad/fundacion.html

Saludos