domingo, mayo 25, 2008

You, the living


Era domingo, el lunes era festivo (Pentecostés se celebra en Holanda), la tarde parecía de verano y Juan se acababa de subir al avión, una vez más, de vuelta a Zaragoza.

Cerca de casa han abierto un centro cultural medio alternativo, bastante trendy, en el que suelen pasar películas bastante buenas, un tanto desconocidas. Así que aprobechando la tarde, armada con un libro en el bolso, me fui a tomar un café a la cafetería-restaruante del centro cultural "Studio K" mientras esperaba la hora de comienzo de la película "You, de living" de Roy Andersson.

A Roy Ansdersson lo descubrí en la videoteca -una de esas maravillas que te encuentras de vez encuando, llena de películas premiadas en festivales, de culto, clásicos, todas ellas clasificadas por país y director, perdida en el centro de Amsterdam...- con la película "Songs from the second floor".



Me cautivaron sus escenas, sus tomas, los colores desvaídos de todas ellas. Algunas se me quedaron grabadas en la retina, como la escena en el aeropuerto, que parece hecha con 3D (naíva de mi) y resultó ser todo decorado, pintado eso si, pero decorado, con una fuerza que no el mejor 3D puede lograr.

Pero precisamente por todo esto no es un tipo de cine al que le puedas proponer a todo el mundo ir contigo. Son bastantes contadas las personas con las que me siento agusto viendo este tipo de películas (sino me siento enseguida culpable pensando que la otra persona se aburre y no la disfrto, o la puedo discutir a la salida), y como Juan no estaba decidí ir sóla.

En la sala estábamos cuatro (literalmente): dos chicas, amigas, que se fueron a mitad de la película, un chico y yo. El chico que controlaba las entradas murmuraba para si "parece que el interés por la película ha empezado a decaer..." y él también parecía estar en las nubes porque en un momento dado se acercó para pedirme de nuevo la entrada. "Pero si ya te la he mostrado antes y somos cuatro!" le dije yo toda sorprendida... "ah, si, será...".

Al cabo de un rato las luces se apagaron y comenzó la sesión.
En "You, the living" (De levende) se reconoce enseguida el estilo de Roy Andersson en esas escenas de tonos apagados casi carentes de color. Una no puede dejar de mirar y buscar en todos sus detalles, sus personajes, los decorados, los movimientos de los actores secundarios, sus colores decaidos... suceden tantas cosas, y tan pocas a la vez, en esas escenas lentas de por si que parece que se te escapa la mitad. Escenas que parecen estirarse lentamente como si de un chicle se tratase, densas..., y antes de que se rompa llega la siguiente.

En esta película, como en la anterior, se alterna un humor negro con la tragedia, preguntas existenciales que todos nos habremos hecho alguna vez, o no, y un hincapié en ese sentido de culpabilidad colectivo al que también refería en la película "Songs from the second floor".



Roy Andersson tiene una forma de hacer cine muy peculiar, te va mostrando trocitos de vida, cotidianos en si, rodeados de un aura, de una tristeza- inmensa, de manera suelta. Poco a poco, a lo largo de la película vas encontrando el hilo -que va más allá de los actores- para sumerjirte en un mundo gris, casi de desesperación. Roy Andersson te muestra el lado trágico de esas escenas con las que diariamente nos podemos llegar a encontrar, aumentándolas con lupa hasta distorsionarlas, com un humor que nos hace reir a la vez que sentir un enorme vacío en la boca del estómago.

Pero sobre todo sus escenas hablan de la soledad humana, una soledad intensa que rodea a todos sus personajes y que sólo he vuelto a encontrar, con toda su fuerza, en los relatos cortos de Haruki Murakami "Sauce ciego, mujer dormida".

La diferencia entre estos dos autores, más allá del género en el que se han desarrollado, es que si bien Murakami muestra personajes que han elegido la soledad por ellos mismos Andersson muestra la soledad de los personajes entre las multitudes, en medio de la sociedad. Soledades definidas por un entorno cultural muy específico, pero soledades al fin y al cabo.

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Haces pensar y eso es siempre bueno; se piensa poco o quizá se piense barato en un marco de un caro tiempo.
Planteas la soledad como cosa que se asume deliberadamente o esa otra soledad, que nos invade como esa tinta que se hace para cuando quieres fabricar papel marmolado, (de eso saben los encuadernadores); en medio de esas vetas, como una veta +, se mete la soledad, casi con sigilo, sin título, ni nombre, ni apelativo. Eres sutil Susana, a veces da la sensación de que te pasas para el otro lado del espejo; cuando esto expreso, recuerdo a una joven poeta amiga, cuya profesión es ser arquitecta.
Un abrazo para ti y gracias por leer lo que escribo.
xavier.

bagismo dijo...

es genial esta pelicula!!! verdaderamente de carácter único!!