lunes, junio 25, 2007

B

Rodchenko. Afiche 1925



Se llama B y es la holandesa más holandesa que he conocido hasta ahora. Si no fuese porque sé que vivió en Amsterdam hasta que se mudó con su marido a un pueblecito de las afueras de la ciudad pensaría que había salido del interior del país, de uno de esos pueblos que -por imposible que parezca en este país de miniuatura- aún siguen desconectados del resto del mundo.

B es todas sonrisas y, a sus 42 años de muy bien ver, la ingenuidad en persona. B es nuestra secretaria.

Los lunes a la manañana, durante la reunión interna, nos interrumpe cien veces porque no ha entendido de lo que estábamos hablando "y así no hay quién notule nada" según ella. Muchas veces, después de haber comentado puntos vitales nos la quedamos mirando, sabiendo que está toda ensimismada perdida tras lo que sucede por la ventana y "no ha entendido" el punto más importante. Una vez terminada la ronda de preguntas, al finalizar la reunión, el director le vuelve a pregunatar a B por segunda vez si tiene alguna duda porque siempre se ha olvidado de algo durante su turno. Cansado de no comprender los nótulos, nombres de clientes y siglas, el jefe la envió a hacer un curso de secretariado para estudios de arquitectura.
B no se hace problemas, nos sigue interrumpiendo cada dos por tres para que le expliquemos de nuevo lo que acabamos de decir, en qué fase nos encontramos y mostrar claramente su desaprobación cuando no está de acuerdo con lo que decimos.

Para facilitarse el trabajo nos pide por correo electrónico que le verifiquemos fechas y horas que, más tarde, vendrá a ratificar a nuestro escritorio "para estar segura del todo" o "porque entre tanto correo no encuentro el que me has enviado".
A B no le gusta que le pidas que se encargue del almuerzo cuando tenemos reunión con clientes, lo que se traduce en ir a buscar a la charcutería de la esquina unos bocadillos espectaculares que tienen y unas cuantos zumos y leche (estamos en Holanda...), porque la distraemos de su trabajo y no tiene tiempo para esas tonterías. Finalmente, después de quedártela mirando con cara de pocker mientras te suelta cuatro largas, acaba marchándose a regañadientes camino a la charcutería.

B tiene un eetclub, aquí en Holanda se suele llamar eetclub (club de comida) a reuniones con amigos en los que cada vez cocina uno para el resto "a nivel culinario", como dice B. En el caso de B la cosa se reduce a tres parejas de amigos que se juntan una vez cada cuatro meses (osea, que cada pareja prepara la comida para las demás una vez al año) y ese día se lo pegan en la cocina. Anteriormente han buscado recetas "exóticas" para sorprender a los invitados. La última vez, nos comentaba, había comido en casa de unos de los amigos "unas langostas muyyyy chiquititas que le habían resultado exquisitas". P y yo nos la quedamos mirando e intercambiamos una mirada de asombro, a lo que P le pregunto "¿no serían gambas?". B se la quedó mirando y contestó "ah! ¿eso son gambas?".
A B no le gusta el pescado ni el marisco, "deja estar las almejas", pero cocina pescado una vez a la semana porque ha leido que es bueno y quiere que sus hijos tengan una dieta equilibrada. Eso si, el pescado se lo hace comprar al marido porque ella no soporta el olor de la pescadería y entra con la nariz tapada, lo que el pescatero no ve con muy buenos ojos...

B se ha entusiasmado con el café irlandés que descubrió el otro día en una cena de trabajo cuando se lo hice probar. Ahora me hecha la culpa porque cada vez que sale a cenar por ahí se pide un café irlandés de postre y su marido la acusa con malicia de "darle al trago". En la próxima cena culinaria que tenga con sus amigos lo va a preparar en lugar del café corriente, junto con un porto que le tocó en la rifa de navidad y que servirá acompañado de una tabla de quesos porque sino no sabe que hacer con él. "No me lo voy a beber yo" me dice toda seria, "no sabría cuando hacerlo...".

B se dió cuenta de que tenía que darle un poco más de variedad a sus comidas cuando la hija le dijo que "estaba cansada de comer cosas tan normales".
-¿Y qué le das de comer entonces?, le pregunté llena de curiosidad.
- Lo que todo el mundo -me contestó- patatas con verdura y carne, pasta... Lo que pasa es que cuando L va a cenar a casa de sus amigas le dan de comer cosas más exóticas como Nasi, Bami y cosas así. (El Nasi y el Bami son unas comidas indonesas introducidas durante las colonias holandesas a base de arroz y que ya casi son consideradas comidas nacionales aquí en Holanda, tan comunes son...).

Sus ideas sobre los extranjeros y la integración son también de lo más estereotipadas. Una vez me preguntó que "si llegaba a tener hijos en qué idioma les hablaría".
- En español -le contesté yo- el holandés ya lo aprenderán en la guardería y de la tele....
B se escandalizó.
- Así va con la integración en este país, ¿y en qué idioma hablais Juan y tu en casa?
- En español, le volví a contestar
... más escandaloso todavía.
- Bueno, lo que pasa es que vosotros hablais bien el holandés, pero los extranjeros deberían hablar holandés en casa.
- Ah... osea, que si M y tu vivieseis en Francia hablaríais frances entre vosotros?
- Por supuesto!
- Y entonces, ¿no le enseñarías el holandés a tus hijos?
- El francés sería lo más importante y lo único que tendrían que aprender bien!
- Ya, ya, ¿me quieres decir que no te importaría que tus hijos no pudiesen hablar con sus abuelos ni el resto de tu familia?.
B se me quedó mirando pensativa.
- Bueno... yo creo que intentaría hablar francés en casa... pero como no me voy a ir a vivir al extranjero....

B es nuestra secretaria y, a pesar de que siempre somos los demas los que acabamos respondiendo al teléfono porque ella está de cháchara en la cocinilla, es una secretaria muy eficiente: nos lleva a todos a ralla.
Así que todos vemos con confianza los cursos a los que es enviada a sabiendas de que a B no nos la cambia nadie....

2 comentarios:

carlos dijo...

por esa actitud de obligar a aprender holandés a los extranjeros ...me niego a aprender .....es como cuando te obligan a aprender ingles en el colegio y no quieres pero después cundo lo necesitas sale solito.....pero como holandés no es necesario.. mi novia es holandesa y también hablamos español en la casa ( Delft) es así como nos conocimos....y también creo que si tengo hijos en holanda hablare español con ellos y otros lugares aprenderán holandés....
PD: la televisión no ha sido buena para mi holandés por que debe ser la peor televisión del mundo sera por que nadie pierde el tiempo en ella...por lo menos a mi me servio para dejar de lado la cajita o sea la cambie por la otra cajita con teclado

Susana Aparicio dijo...

jaajaajaa si, bueno, pero piensa en que los programas para niños son precisamente educativos como "barrio sesámo", "klokhuis"... porcierto, has visto este último? es altamente recomendable!