El mes pasado decidíamos irnos un fin de semana largo a Estrasburgo para concer la ciudad arpovechando que había una retrospectiva del fotógrafo francés Bernard Plossu.
A Plossu lo había "descubierto" hace poco, a pesar de ser uno de los fotógrafos más conocidos de todo el mundo, y no había visto todavía mucha de su obra pero lo poco que ví me había fascinado de tal manera que cuando me enteré de su retrospectiva Juan me propuso ir a "conocer la ciudad".
Lo que más me atrajo de su fotograría desde un principio fue su ojo para el detalle de los objetos y momentos cotidianos unidos a ese deje melancólico que lo caracteriza.
A mi, como aficionada, los paisajes mostrados no me causaron mucha impresión, quizás por tener en mente los de Cartier Bresson, esos en los que sabía plasmar tan bién la profundidad del entorno, una profundidad que pocas veces he vuelto a encontar en la fotografía.
Una foto que sí me impresionó fue la que sacó en los E.E.U.U., en Oklahoma. Los árboles curvados por el viento pareciendo indicar la dirección a seguir, el brillo del asfalto húmedo, ese cielo oscuro, tormentoso... me cautivó.
Más tarde vería paisajes a través de sus ojos que me dejarían el sello de la nostalgia tan presente en el resto de su obra...
Me asombró descubrir que sacaba las fotos con tan solo un objetivo de 50mm y en blanco y negro para evitar caer en la fotografía comercial, que en su momento giraba en torno a la fotografía en color. Quizás sea por eso que sus encuadres parecen acercarte a lo que está mostrando como si uno estuviese detrás de la cámara.
En la retrospectiva se presentaban unas 300 fotos de formato 11,4 x 7,5 cm, que él consideraba la dimensión perfecta, ya que según Plossu "...los inmensos espacios, condensados así, llaman a la reflexión".
A través de estas fotografías se podía seguir su vida a retazos, desde sus primeras fotografías en el desierto del Sáhara a los 13 años, pasando por sus estancias en México, E.E.U.U. y España además de sus numerosos viajes por todo el mundo.
En ellas se ve pasar la revista a sus "novias", su mujer, sus hijos (como fotos de familia)... pedazos de recuerdos que nos pódrían pertenecer a todos nosotros, traducidos en una hoja caída, un barco visto a través de la ventana de una habitación, una foto en el tren de una foto de su vista por la ventanilla y, como no, sus cafés...
Un texto que resume muy bien la impresión dejada es el de Rafael Doctor en su introducción al libro de fotografía de Plossu "Forget Me Not":
"Olvídame no. No me olvides. La memoria de lo descolocado, de todo aquello que no ha sido aún estructurado, de todo lo que hemos ido acumulando en un lugar incierto y que no ha sido aún encasillado ni asimilado. Lo que poseemos pero no mostramos, el lugar de lo íntimo no público que nos hace grandes y donde dejamos residir parte de nuestra fortaleza. Somos mucho mejores porque no mostramos todo lo que somos. Solo el Forget me not de nuestros recuerdos y obras nos mantiene en pie."
Me asombró descubrir que sacaba las fotos con tan solo un objetivo de 50mm y en blanco y negro para evitar caer en la fotografía comercial, que en su momento giraba en torno a la fotografía en color. Quizás sea por eso que sus encuadres parecen acercarte a lo que está mostrando como si uno estuviese detrás de la cámara.
En la retrospectiva se presentaban unas 300 fotos de formato 11,4 x 7,5 cm, que él consideraba la dimensión perfecta, ya que según Plossu "...los inmensos espacios, condensados así, llaman a la reflexión".
A través de estas fotografías se podía seguir su vida a retazos, desde sus primeras fotografías en el desierto del Sáhara a los 13 años, pasando por sus estancias en México, E.E.U.U. y España además de sus numerosos viajes por todo el mundo.
En ellas se ve pasar la revista a sus "novias", su mujer, sus hijos (como fotos de familia)... pedazos de recuerdos que nos pódrían pertenecer a todos nosotros, traducidos en una hoja caída, un barco visto a través de la ventana de una habitación, una foto en el tren de una foto de su vista por la ventanilla y, como no, sus cafés...
Un texto que resume muy bien la impresión dejada es el de Rafael Doctor en su introducción al libro de fotografía de Plossu "Forget Me Not":
"Olvídame no. No me olvides. La memoria de lo descolocado, de todo aquello que no ha sido aún estructurado, de todo lo que hemos ido acumulando en un lugar incierto y que no ha sido aún encasillado ni asimilado. Lo que poseemos pero no mostramos, el lugar de lo íntimo no público que nos hace grandes y donde dejamos residir parte de nuestra fortaleza. Somos mucho mejores porque no mostramos todo lo que somos. Solo el Forget me not de nuestros recuerdos y obras nos mantiene en pie."
2 comentarios:
Es precioso lo que has escrito. Mi en hora buena.
muy bueno me aa encantado la entrada a mi me gusta mucho bernard plossu muy bueno manreeja muy bien los encuadres si quieres te dejo mi pagina perssonal http://photographedmof.neru9.com
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