miércoles, noviembre 03, 2004
NIebla
Niebla, Laura Peralba.
Hoy la niebla se ha apoderado de las calles de Amsterdam, figural y literalmente. Su manto no deja ver más allá de cincuenta metros, atraves de mi ventana llego a distinguir las ramas calvas de los árboles y luces diminutas en la autopista moviéndose tras ellos como luciernagas de día.
La mañana comienza con un silencio inusual en la oficina, como si todos estuviesen adormecidos, comenzando a prepararse para la invernación de un frío que se aproxima y que quizás dure más de los tres meses que indica el calendario. El frío que se mece sobre Holanda no tiene sólo que ver con la humedad de esta tierra siempre verde, esta vez son tambien las almas las que se estan enfriando, unas, y las que no, están empezando a plantearse el emigrar a tierras más cálidas.
Ayer se enfrió el ambiente y llegó la niebla también con el asesinato de Theo van Gogh, el periodista y director de cine más controversial de Holanda, tenía tantos amigos como enemigos. Había sido expulsado de revistas y periódicos nacionales como Het Parool y Vrij Nederland por sus polémicas opiniones, el asesino ha resultado ser musulmán lo que hizo saltar la chispa entre aquellos amsterdameses que se habían congregado poco después en el lugar del crimen repudiando este acto cobarde.
Uno se preguntará "y porqué saltó la chispa entre ellos si son todos amsterdameses?", la respuesta es muy simple e igualmente triste: porque unos aunque nacidos y viviendo ya 30 años (osea, toda su vida) en Holanda por ser de padres marroquíes se les sigue considerando marroquíes en Holanda y holandes en Marruecos (cambia Turquía por Marruecos y tienes la misma imagen) y otros, de antepasados holandeses, son los verdaderos holandeses. Los otros, los de mentira, son musulmanes (si son de esa religión o tienen facciones árabes) y caben todos en una misma bolsa.
Esta incomprensión está llevando a un país multicultural a un miedo por lo desconocido, por aquello que no comprenden, que los hace reaccionar de manera alocada, intentado crear un dique más, pero esta vez contra el miedo a lo que pueda suceder, a aquello que no controlan.
Holanda, que siempre se había considerado a si misma un país tolerante, se está dando cuenta que esa tolerancia (si alguna vez la hubo, para mi fue siempre indiferencia) desaparece muy facilmente cuando la gente se siente desprotegida.
Y de lo que todavía no se han dado cuenta, o no se quieren dar cuenta, es que aquello que "no hay que olvidar" que dicen cada cinco de mayo (día de la independencia holandesa de los alemanes durante la segunda guerra mundial), ese odio o desconfianza hacia un grupo "diferente" del resto de la sociedad transformándolos a todos en "culpables" está volviendo a surjir de lleno en una sociedad enfrentada a una inseguridad económica y social cada vez mayor.
No sé cuándo se disipará esta niebla, que cada vez parece hacerse más densa, para dejarnos ver qué es lo que realmente está sucediendo y cómo enfrentarlo. De momento tendremos que movernos con cautela para no chocarnos contra algún árbol...
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3 comentarios:
Pues la niebla social, los prejuicios y demás nos vuelven más ciegos que la niebla atmosférica. Lástima que en un pais como Holanda en el que la tolerancia era algo así como una bandera haya marcadas diferencias entre grupos sociales.
Hola!!
De visita... hay que tener mucha coherencia en el mundo para aceptar lo difrente sin miedo, entendiendo, alimentando y no juzgando...
lo bueno es que parece que siempre despues de la niebla aparece el sol...
ojal[a fuera tam f[acil Roberto...aca despues dela niebla, llueve...jaja. Y con respecto a los prejuicios, parece que tambien llueve. Saludos
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