El año pasado hubo dos cosas que me impresionaron en sobremanera, uno fue el intento de suicidio de una amiga muy querida, el otro el suicidio real de alguien que podía haber llegado a ser una muy buena y querida amiga.
He aprendido a vivir con la idea de que la primera todavía pueda llegar a dar el paso definitivo que, aunque no se lo dijera a nadie, me tuvo meses dándole vueltas a la cabeza.
He aceptado que nosotros no somos quien para imponerle la vida, que tiene que amarla por sí misma para poder disfrutarla porque sino esta puede llegar a ser el mismo infierno temido tras la muerte.
He descubierto que las personas pueden ocultar sentimientos terribles detras de una fachada feliz y llena de seguridad en si misma; que quizás sean estas, y no las que más debiles parecen, las que más apoyo necesitan.
Y sin embargo todavía me cuesta pensar que la segunda ya no está allí, que esa cita pendiente para hablar de una posible participación conjunta en un proyecto ya no se realizará.
He aprendido a vivir con la idea de que la primera todavía pueda llegar a dar el paso definitivo que, aunque no se lo dijera a nadie, me tuvo meses dándole vueltas a la cabeza.
He aceptado que nosotros no somos quien para imponerle la vida, que tiene que amarla por sí misma para poder disfrutarla porque sino esta puede llegar a ser el mismo infierno temido tras la muerte.
He descubierto que las personas pueden ocultar sentimientos terribles detras de una fachada feliz y llena de seguridad en si misma; que quizás sean estas, y no las que más debiles parecen, las que más apoyo necesitan.
Y sin embargo todavía me cuesta pensar que la segunda ya no está allí, que esa cita pendiente para hablar de una posible participación conjunta en un proyecto ya no se realizará.
Todavía me resulta dificil encontrarme con su libro de poesía en las estanterias al buscar una lectura amena... "Droombehang" (Papel de sueños) representaba todo lo que quería para el futuro, su primera publicación, su primer proyecto hecho realidad.
Cuando nos llegó la noticia pensé que había sido un accidente, quizás una complicación medica... cuando nos dijeron la razón ya no pregunté el porqué, no tiene sentido. Pero cada vez que me cruzo con ese librito azul lleno de nubes me pregunto "porqué no te quedaste un poquito mas...?".
Que egoistas que somos a veces, no queremos perder a los que tenemos a nuestro alrededor para evitarnos ese pinchazo en el corazón cada vez que pensamos en ellos, sin preguntarnos que es lo que realmente querían o necesitaban. Porqué es más facil (facil?) aceptar la muerte cuando es involuntaria y nos cuesta mucho más hacernos a la idea cuando alguien ha tomado voluntariamente la decisión de terminar este viaje?
Cuando nos llegó la noticia pensé que había sido un accidente, quizás una complicación medica... cuando nos dijeron la razón ya no pregunté el porqué, no tiene sentido. Pero cada vez que me cruzo con ese librito azul lleno de nubes me pregunto "porqué no te quedaste un poquito mas...?".
Que egoistas que somos a veces, no queremos perder a los que tenemos a nuestro alrededor para evitarnos ese pinchazo en el corazón cada vez que pensamos en ellos, sin preguntarnos que es lo que realmente querían o necesitaban. Porqué es más facil (facil?) aceptar la muerte cuando es involuntaria y nos cuesta mucho más hacernos a la idea cuando alguien ha tomado voluntariamente la decisión de terminar este viaje?
6 comentarios:
Con el tiempo me he dado cuenta de que querer a alguien significa alejarlo de nuestro mundo. Puede parecer una contradicción, y tal vez lo sea, pero cuanto más queremos, más reconocemos la singularidad del otro, menos podemos considerarlo como una pieza de “nuestra” vida, más se nos aleja.
Y es también, cuando más miedo tenemos a que desaparezca, porque es entonces cuando más deseamos que permanezca. Y no siempre es así, pues el deseo, como escribió Luis Cernuda, “es un mundo cuyo cielo no existe”.
Siento que sientas esas pérdidas.
Es triste cuando alguien a quien qeremos se marcha, pero ante un suicidio, siempre nos preguntamos si no pudimos haber hecho algo para que no pasara...
Espero pronto halles paz.
Es muy duro aceptar el suicidio de una persona querida. Pero ante un intento fallado, todavía hay la esperanza que no tuviera la intención de morir, que sólo fuera un grito para pedir ayuda. En este caso sí que podemos hacer algo. Quizás esta persona no tiene suficientemente claro que la amamos. (Yo soy uno de estos que no paran de dudar.) Pero quién soy yo para comentar sobre este tema. Sólo son mis teorías, porque nunca he estado en esta situación.
Gracias por el artículo, Susana.
Susana, tus artículos son tan conmovedores y pensativos.
Porqué es menos difícil aceptar la muerte cuando es involuntario? No sé, pero pienso que hay grados, niveles del suicidio. A veces, me pregunto si estoy intentando un método cobarde. Intelectualmente, sé que debo elegir ser feliz, comer menos grasa, comer menos azúcar, ir al gimnasio más a menudo. En lugar, elijo abrazar la depresión. Pienso que puede ser una método de suicidio largo y incómodo. ¿Pero si muera de apoplejía o de infarta, como resultado de mi estilo de vida malsano, será más aceptable que el suicidio, no? Qué ironía.
Que difícil situación.... de verdad es increíble lo que la mente puede llegar a "mandar a hacer"... creo que eso es algo que nunca lograré entender....
Gracias por vuestras palabras, de verdad. Queria quitarme de encima lo que me estaba rondando por la cabeza y me he dado cuenta de que el blog es una especie de psiquiatra donde puedes poner y dar forma a todas tus ideas y despues siempre hay alguien que te devuelve a la realidad.
Muchas gracias a todos! Ruthita, como siempre me has hecho reir mucho con tus ocurrencias... eres tremenda! :o)
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