jueves, agosto 05, 2004

Hoy me he encontrado con la siguiente definición:

maniquí

En los últimos años, se ha hecho más común el nombre de modelo para la profesión de hombres y mujeres que desfilan mostrando nuevos diseños de ropa, pero durante mucho tiempo se empleó la palabra maniquí, hoy reservada más bien para los muñecos usados para exponer la ropa de moda en las vidrieras de las tiendas.


Esta palabra se originó en el neerlandés manneken, diminutivo de man (hombre) y se usó inicialmente para denominar a los muñecos de madera que los pintores y escultores usaban como modelos, hasta que el empresario francés Charles Fréderic Worth (1825-1895), propietario de la casa de alta costura Worth, decidió en 1858 utilizar aquellos muñecos para mostrar sus modelos a la clientela, para lo cual el nombre original holandés fue adoptado en francés como mannequin.Pero Worth, como otros empresarios de su ramo, no demoró en percibir que esa función sería mucho mejor cumplida con maniquíes vivas, inaugurando así una profesión que inicialmente llevaría el nombre del muñeco holandés, que llegó al español como maniquí.

Más allá de que la palabra me suena más a belga que a holandés (por lo del Manneken Pis, ya sabeis, el famoso hombrecito haciendo pis de Bruselas, en Holanda el diminutivo de hombre es mannetje) me ha hecho gracia el origen de la misma porque ahora, paseando por Amsterdam, me dá la sensación de que los maniquíes son realmente los que se encuentran fuera del escaparate y no los que, lógicamente, están dentro.
Y es así que son estos muñecos inanimados los que ven pasar una procesión de gente vestida de todos los colores y formas posibles... y mientras la serpiente de colores se desplaza del Koningsplein al Leidseplein por el Leidsestraat y del Dam al Munt por el Klaverstraat se para de vez en cuando a contemplar su próxima presa: ¿será ese pantalón de color verde fosforito que tanto está de moda ahora o esa chaquetita de punto bobo color crudo?.

Amsterdam, ciudad de contradicciones donde no se sabe si los turistas son sus habitantes o sus habitantes son turistas en ciudad propia, confunde ahora también sus maniquíes entre los colores y formas que se mueven dentro de sus escaparates y calles.

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