viernes, agosto 20, 2004

FEBO, pero no el sol.

No sé si sera algo usual en los paises donde estais vosotros, en España no desde luego, pero aquí en Holanda (y sobre todo en Amsterdam) es muy usual ir comiendo por la calle. A todas horas ves pasar a gente con el bocadillo, las patatas fritas con mayonesa en un cucurucho, hamburguesas y croquetas. Hay supermercados donde ya te venden directamente los sandwiches listos y en bolsas de plástico para llevar y hasta los tacos se estan poniendo de moda, pero lo mas curioso y típico son los restaurantes "muro".



Estos "restaurantes" suelen sorprender a todos los turistas porque en ellos sacas la comida directamente de la pared, si si... como lo oís, claro, que la comida se reduce a hamburguesas, croquetas, soufles de queso... uno echa la cantidad indicada en la ranura, abre la casilla y saca el producto elegido.




Detrás de estas paredes estan las "cocinas" y los "cocineros", osea, tres tipos detras de una freidora y otros tres abriendo el panecillo para meter la hamburguesa o croqueta y así ir rellenando las casillas que se quedan vacías. Junto a estas paredes hay un mostrador donde te venden las famosas patatas fritas con mayonesa (no se si habreis visto la película Pulp Fiction, en ella las nombra Jhon Travolta) Y no sabeis la cantidad de gente que hay siempre en estos "restaurantes de paso"!. La gente se amontona junto a las ventanitas, una especie de "barrio rojo" culinario, y a la salida siempre hay varias papeleras rodeadas por más personas, como si regalaran algo... que raras somos las personas, una cosa es que eligamos comer por la calle o de pie, pero parados junto a una papelera...



En realidad hay muchos sitios con esta fórmula, pero la original y de mejor calidad es la de FEBO. Su historia tambien es muy simpática: para empezar el nombre no tiene nada que ver con el dios Apolo cuando este personificaba al sol y llamándose Febo, no, el nombre viene de la calle donde estaba ubicada la primera tienda (1941), en Ferdinand Bolstraat. Esta era en un principio una panadería en la que también se vendian croquetas y helado hechos a mano por los mismos dueños los cuales tuvieron tánto éxito con su producto que se formaban unas colas interminables en la calle. La tienda formaba parte de la vivienda donde vivía la familia Borst, la demanda era tan grande que el padre se pegaba la noche entera preparando croquetas, como la demanda seguía creciendo y con ella la cola en la calle se le ocurrió la genial idea de transformar el salón de la vivienda en un sitio de recogida exclusiva de croquetas y el dormitorio del hijo se convirtió en un automático bajo el eslogan de "ver, agarrar y salir corriendo".

En 1960 debido al éxito de las croquetas decidieron cerrar la panadería y dedicarse a la venta de snaks (cosas fritas como croquetas, hamburguesas, soufles...), se trasladaron al Karperweg 3 (es el nombre de otra calle) sin cambiarle el nombre. Aquí el concepto tubo un éxito rotundo, en los años ´70 ya disponían de veintiuno de estos "automáticos de croquetas" y actualmente se encuentran en toda Holanda. Hoy en día esta empresa familiar que ya está en la tercera generación tiene como unas 67 franquicias en todo el país y en Amsterdam producen como unas 400.000 hamburguesas y croquetas por semana que luego se reparten entre las 67 tiendas.
Y os aseguro que cuando uno sale del cine a altas horas de la noche sus hamburguesas saben mejor que la de cualquier McDonalds, aunque nosotros nos quedamos con el falafel... pero esto ya es otra historia.

5 comentarios:

Fabrizio dijo...

Como siempre Susana nos sorprendes con tus relatos, ya había oido hablar de cosas parecidas, sobre todo en Tokio, hay un concepto similar de máquinas expendedoras de snacks.
En México el concepto es otro, aqui sobra la mano de obra barata y en la calle te encuentras puestos de comida de todo tipo, desde los tradiconales tacos hasta los hot dogs y hamburguesas. Yo soy de origen cubano y me molesta mucho ver a la gente comiendo en la calle, me revuelve el estómago el olor al aceite requemado conque frien la mayoría de los "antojitos" mexicanos. En una visita que me hizo mi mamá me comentaba que a ella le causaba nauseas el hecho de ver que la gente comía todo el dia y a toda hora.Creo que son costumbres de cada país.
Me gustó mucho como mejoraste el formato de tu página.

Susana Aparicio dijo...

Fabricio, mi problema es que si yo veo gente comer a mi tambien me entra el hambre... jajajaja, asi que mejor no voy a Mexico o tengo que mentalizarme para no pegarme el dia comiendo...

Magda, un gusto verte por aqui! sabes? para estas vacaciones estoy buscando el libro del que hablaste en tu blog (los fantasmas del sombrero) a ver si lo encuentro.

Manuel, y aun se va a poner peor la cosa, aqui en Holanda (y seguramente en toda Europa) van a poner en las tiendas de ropa un chip pequeno en los dobles de las prendas de tal manera que al salir pase todo por un escan, calcule la cantidad a pagar y lo unico que tengas que hacer sea pagar con la tarjeta, de esta manera tambien se ahorraran cajeras... te lo puedes creer?

Un saludo a todos y me alegro que os haya gustado el formato! :o)

Anónimo dijo...

Dentro de una semana me voy a para alla, asiq me lo apunto porq puede ser interesante

Anónimo dijo...

Algún día tal vez tenga la suerte de emigrar y verlo. *llora*

Susana Aparicio dijo...

je... pues que aprobeche anónimo!

Gina, de emigrar no se, pero de vacaciones seguro que si!